Choque entre asteroides posible génesis de un planeta rocoso como la Tierra

La NASA detectó por medio del telescopio Spitzer el choque entre dos asteroides en las cercanías de una joven estrella catalogada como NGC 2547-ID8, la cual se encuentra a unos 1200 años luz de la Tierra en la conocida como constelación de Vela.

La gran colisión fue detectada en agosto de 2012 cuando localizaron una gran nube de polvo alrededor de la estrella NGC 2547-ID8, NASA había detectado con anterioridad y con el mismo telescopio este tipo de erupciones, pero nunca habían hecho un seguimiento de los escombros restantes del choque entre los dos asteroides.

Según los expertos, el polvo y los escombros de la colisión fueron seguidos por infrarrojos y estos restos están colisionando entre si, parece que los escombros de la explosión se estuvieran uniendo en lo que podría ser el génesis de un planeta rocoso del mismo tipo que nuestra Tierra.

El estudio corresponde a los datos obtenidos desde agosto de 2012 cuando se produjo la colisión, hasta enero de 2013. Los datos obtenidos no tienen precedentes y el seguimiento continua en estos momentos.

George Rieke de la Universidad de Arizona dijo en un comunicado: "Estamos presenciando por primera vez y en una oportunidad única el proceso de formación de un planeta rocoso en tiempo real".

De todos modos el proceso es muy lento y como todos sabrán la Tierra debió de necesitar varios millones de años hasta que comenzó a tener forma de planeta. Pero presenciar el génesis de un planeta rocoso aunque sea en su etapa más temprana, puede arrojar mucha información necesaria para comprender este tipo de acontecimientos cósmicos, como se producen e incluso ayudar a la localización de muchos más planetas rocosos orbitando estrellas, algunos de los planetas podrían ser tan antiguos como la Tierra, mucho más antiguos o planetas jóvenes, pero todos ellos con una composición rocosa y en órbitas localizadas en la zona de habitabilidad de su estrella.
Recuerden que los planetas rocosos que se encuentran orbitando su estrella en la zona de habitabilidad son una prioridad en la búsqueda de planetas extrasolares, ya que estos podrían haber tenido la misma buena suerte o "mala suerte" que la Tierra y albergar vida aunque esta sea primitiva en forma de microorganismos.